bueno, pero que muy bueno y real como la vida misma...Las mujeres somos complicadas y observadoras por naturaleza y al contrario los hombres son sencillos y poco observadores. Supongo que habrá excepciones que confirmen la regla, pero en lo que a mí respecta puedo decir que estoy en la media...vaya, que soy del montón. No se me escapa una, el análisis al que someto a la que tenga delante (he de decir en mi favor que con la gente más cercana no lo practico, ni con familia, ni con amigas) ya lo qusieran los aeropuertos para detectar a presuntos terroristas;-)), en una rápida mirada puedo hacer una radiografía del estilismo y decidir en décimas de segundo si me parece o no el adecuado (siempre desde mi gusto y mi punto de vista, claro está) o si me gusta o me disgusta. Creo que ha llegado un momento en el que ya no lo hago ni conscientemente...mi cabeza va mucho más rápida que mi voluntad y sin casi quererlo me encuentro analizando pormenorizadamente a la persona en cuestión, llega a tal punto que si coincide que la susodicha y yo nos cruzamos a menudo, puedo hasta saber si el estilismo es nuevo o repite. Me pregunto si esto será un defecto o una virtud, y por no añadir otro más a mi lista de anomalías, me consuelo pensando que bien empleado puede llegar a ser hasta...útil.
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